Frontera permanente en Gaza: el futuro de la región
En medio de la incertidumbre sobre el futuro de la tregua, la frontera de Gaza podría convertirse en la nueva línea divisoria a largo plazo. La línea amarilla, inicialmente considerada temporal, adquiere una forma cada vez más tangible. Las fuerzas de defensa israelíes están instalando marcadores de concreto amarillo a cada 200 metros para delimitar el área bajo control israelí durante la primera fase de la tregua. Mientras tanto, en la parte occidental, Hamas busca reafirmar su control en el vacío dejado por la retirada parcial israelí, llevando a cabo ejecuciones públicas de miembros de milicias rivales que afirma están respaldadas por Israel.
En la otra mitad de Gaza, donde se extienden la franja oriental, así como las fronteras norte y sur, las fuerzas de defensa israelíes reforzaron decenas de puestos militares y abrieron fuego contra cualquier persona que se acercara a la línea, ya marcada con bloques amarillos o no. En su área, los líneas amarillas no son visibles con claridad. «No sabemos dónde comienzan ni dónde terminan», afirma Mohammad Khaled Abu al-Hussain, un padre de cinco hijos de 31 años. Su hogar se encuentra en al-Qarara, al norte de Khan Younis y justo al este de la línea amarilla, en la zona controlada por el IDF. «Tan pronto como nos acercamos a nuestras casas, comienzan a volar balas de todas direcciones, y a veces pequeños drones, los cuatricópteros, sobrevuelan sobre nosotros, observando cada movimiento», dice. Ayer, estaba con mi amigo cuando de repente nos encontramos bajo un intenso fuego de ametralladora.
La línea de fuego en la Franja de Gaza
Las tensiones en Gaza se mantienen elevadas, a pesar de la tregua, lo que lleva a la preocupación de que la frontera actual se convierta en una línea divisoria permanente. Para muchos, la línea amarilla ya no es solo una frontera temporal, sino una realidad tangible que divide a la población. En este contexto, la incertidumbre sobre el futuro de la tregua se vuelve aún más aguda, y la posibilidad de que la línea se mantenga a largo plazo se vuelve cada vez más plausible. Mientras, Israel afirma que mantendrá el control de seguridad en Gaza, lo que genera aún más inestabilidad en la región.
La línea amarilla, inicialmente considerada temporal, se está convirtiendo en una realidad tangible que divide a la población. Además, la política de fuego libre ordenada por el ministro de Defensa Israelí, Israel Katz, genera inestabilidad en la región. Mientras tanto, la tasa de muertes palestinas sigue siendo alta, con más de 20 personas fallecidas cada día, muchas de ellas cerca de la línea amarilla. Por lo tanto, pocos de los desplazados regresan a la zona bajo control israelí. Las barreras políticas para avanzar a la segunda fase de la tregua siguen siendo enormes, lo que dificulta la desarme de Hamas y la retirada del IDF de la línea amarilla.
La línea divisoria de Gaza se vuelve más letal
La oposición de la derecha del gobierno de Benjamin Netanyahu al retiro adicional y a la internacionalización del control sobre Gaza se refuerza. En este contexto, la línea amarilla adquiere una forma cada vez más permanente. Los medios israelíes la denominan cada vez más como una «nueva frontera». Según el corresponsal militar Yoav Zitun, en el periódico Yedioth Ahronoth, la línea amarilla podría evolucionar hacia «un alto y sofisticado muro que reducirá el territorio de Gaza, ampliará el Negev occidental y permitirá la construcción de asentamientos israelíes». «Se trata de una anexión de facto de Gaza», afirma Jeremy Konyndyk, presidente de la organización de defensa de refugiados Refugees International y ex funcionario de ayuda de EE. UU.
La frontera de Gaza se está convirtiendo en una realidad cada vez más tangible, con el IDF instalando marcadores de concreto amarillo a cada 200 metros para delimitar el área bajo control israelí. Sin embargo, un análisis satelital de la BBC sugiere que estos marcadores se encuentran varios cientos de metros más allá de la línea propuesta, lo que representa un nuevo saqueo territorial. Mientras tanto, la población de Gaza se ve obligada a vivir en la mitad del territorio, en medio de los escombros dejados por dos años de bombardeos israelíes.
La partición de Gaza se vuelve más profunda
La incertidumbre sobre el futuro de la tregua en Gaza se refleja en la confusión sobre la ubicación de la línea amarilla, que se considera inicialmente temporal. Según Ayman Abu Mandeel, la línea se encuentra aproximadamente 1 km más allá de la calle Salah al-Din, lo que genera una sensación de desamparo entre la población. La presencia de cranes, torres de vigilancia y tanques en la zona controlada por Israel no permite a los residentes regresar a sus hogares, lo que reafirma la percepción de que la línea se está convirtiendo en una frontera permanente.
La incertidumbre sobre el futuro de la tregua en Gaza se refleja en la confusión sobre la ubicación de la línea amarilla, que se considera inicialmente temporal. Además, la falta de claridad en el plan de paz de Trump, que carece de una secuencia lógica, genera inestabilidad en la región. Por lo tanto, muchos actores, incluido el gobierno israelí, Estados Unidos y la comunidad internacional, están compitiendo por influir en lo que sigue. En este contexto, la percepción de que la línea amarilla se está convirtiendo en una frontera permanente se vuelve cada vez más creíble.
La incertidumbre sobre el futuro de Gaza
La situación en Gaza se vuelve cada vez más tensa, con la frontera amarilla adquiriendo una forma cada vez más permanente. Además, la falta de claridad en el plan de paz de Trump, que carece de una secuencia lógica, genera inestabilidad en la región. Por lo tanto, muchos actores, incluido el gobierno israelí, Estados Unidos y la comunidad internacional, están compitiendo por influir en lo que sigue. En este contexto, la percepción de que la línea amarilla se está convirtiendo en una frontera permanente se vuelve cada vez más creíble, lo que genera miedo entre la población de Gaza.



