Ataque a hospital en Rakhine deja decenas de muertos

Decenas de personas han fallecido tras un ataque militar contra un hospital en el estado de Rakhine, en el oeste de Myanmar. El suceso, que ha sido calificado como «terrible» por trabajadores humanitarios, ocurrió el miércoles por la noche. Un trabajador humanitario confirmó al menos 31 muertos y 68 heridos, cifras que se teme aumenten. El hospital, ubicado en el municipio de Mrauk U, fue alcanzado por bombas lanzadas desde un avión militar. La junta militar, que lanzó una ofensiva previa a unas elecciones, no ha respondido a las peticiones de comentarios.

Destrucción total y víctimas civiles

El Hospital General de Mrauk U ha quedado completamente destruido tras el impacto directo de las bombas. Khine Thu Kha, portavoz del ejército de Arakan, que se opone a la junta, confirmó la devastación y el elevado número de víctimas. El centro médico, con capacidad para 300 camas, se encontraba abarrotado de pacientes. La mayoría de los servicios sanitarios en la región de Rakhine han sido suspendidos debido a los combates en curso. Las fotografías de la escena muestran los restos del centro de salud y cuerpos amortajados en el exterior.

Un residente de 23 años relató a Reuters cómo corrió al lugar tras escuchar las explosiones y encontró el hospital en llamas. «Vi muchos cadáveres tirados por ahí y muchas personas heridas», afirmó, solicitando anonimato por seguridad. El ataque se produce en un contexto de intensificación de los ataques aéreos por parte de la junta militar desde el golpe de estado de 2021.

Condena internacional y posibles crímenes de guerra

El jefe de derechos humanos de la ONU, Volker Turk, ha señalado que este tipo de ataques podrían constituir un crimen de guerra. Ha solicitado una investigación exhaustiva para esclarecer los hechos. Por su parte, un portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos calificó los informes como «inquietantes» y urgió al gobierno militar a cesar la violencia contra la población civil. La comunidad internacional observa con preocupación la escalada de violencia en la región.

Los observadores del conflicto señalan que la junta ha incrementado sus ataques aéreos anualmente desde que tomó el poder. La situación en Rakhine sigue siendo tensa, con informes de medios locales que corroboran la magnitud de la tragedia. La comunidad internacional espera acciones concretas para garantizar la protección de los civiles y el respeto al derecho humanitario.

La comunidad internacional ha condenado enérgicamente el ataque y exige una investigación inmediata. La situación en Myanmar sigue siendo crítica, con la violencia contra civiles marcando un preocupante patrón. Se espera que las presiones diplomáticas aumenten para lograr un cese de las hostilidades y la protección de la población en zonas de conflicto.