
EE.UU. acusa a Ruanda de desestabilizar el Congo
Estados Unidos ha elevado el tono contra Ruanda, acusándola directamente de ser un «alterador de la paz» y de impulsar la renovada violencia en el este de la República Democrática del Congo. La advertencia se produce a pesar de recientes esfuerzos diplomáticos y subraya la profunda preocupación de Washington por la escalada del conflicto. El enviado estadounidense ante la ONU, Mike Waltz, afirmó que su país empleará «las herramientas a nuestra disposición» para exigir responsabilidades a quienes obstaculizan la paz en la región. Esta declaración llega tras una reunión en Washington entre los presidentes congoleño y ruandés, destinada a buscar una solución al prolongado conflicto.
Ruanda, señalada por la inestabilidad
El representante de Estados Unidos ante la ONU, Mike Waltz, expresó la «profunda preocupación e increíble decepción» de Washington ante el reciente estallido de violencia. Según Waltz, Ruanda, en lugar de avanzar hacia la paz, está empujando a la región hacia una mayor inestabilidad y guerra. La presencia continua del ejército ruandés en territorio congoleño, apoyando al grupo M23, es un punto clave de la acusación estadounidense. Estados Unidos ha prometido utilizar todas las herramientas a su alcance para hacer rendir cuentas a los responsables de sabotear los esfuerzos de paz.
Waltz instó a Ruanda a cumplir sus compromisos y a reconocer el derecho soberano de la República Democrática del Congo a defender su territorio y a invitar a fuerzas burundesas. Además, Washington hace un llamado a todas las partes involucradas a mostrar moderación y a evitar la retórica hostil contra la comunidad tutsi, un elemento recurrente en las tensiones de la región.
Riesgo de un conflicto regional
Las declaraciones de Estados Unidos coinciden con las advertencias del jefe de las fuerzas de paz de la ONU, Jean-Pierre Lacroix. Lacroix alertó al Consejo de Seguridad que la última ofensiva del grupo AFC-M23 en Kivu del Sur amenaza con desencadenar un estallido regional con «consecuencias incalculables». Por ello, reiteró la urgencia de un alto el fuego inmediato e incondicional, tal como lo establece la Resolución 2773 del Consejo de Seguridad.
La intensificación de la violencia en Kivu del Sur, donde el grupo M23 reanudó sus combates en 2021, ha generado una grave crisis humanitaria y de seguridad. La comunidad internacional observa con creciente alarma la posibilidad de que el conflicto se extienda, afectando a países vecinos y agravando la ya precaria situación en la región de los Grandes Lagos.
La comunidad internacional mantiene la esperanza de que las presiones diplomáticas y las advertencias de sanciones logren un cambio de rumbo. Sin embargo, la persistencia de la violencia y las acusaciones directas a Ruanda plantean serios interrogantes sobre la efectividad de los esfuerzos para restaurar la paz en el este del Congo y la estabilidad de la región.


