Economía

La misión de crecimiento del canciller no ha logrado calmar a los mercados


El anuncio coordinado por JP Morgan acerca de la inauguración de una nueva oficina con un presupuesto de 3.000 millones de libras en Canary Wharf ha sido recibido con cierto nivel de confianza a largo plazo, sin embargo, no es suficiente para deslindarse del recelo generalizado en el sector empresarial. Los grandes bancos internacionales, por su parte, suelen tomar decisiones inmobiliarias basadas en una evaluación detallada y exhaustiva que va más allá de lo que se dice en las reuniones informativas.


La amplia reacción del día siguiente al anuncio de presupuesto se puede resumir como un asombro por la falta de medidas concretas y una sensación de que las ambiciones pro-crecimiento no están bien fundamentadas. La canciller, Rachel Reeves, parece haber ofrecido pocas soluciones atractivas para el crecimiento económico. Además, se han revelado dos pronósticos preocupantes por parte de la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria: una tasa promedio de crecimiento de 1,5% en lugar del esperado 1,8%, y un pequeño aumento anual en los ingresos disponibles. Un presidente del FTSE 100 expresó con claridad el descontento generalizado al afirmar que «no había temas positivos a los que aferrarnos o sobre los cuales construir» en el presupuesto.


El agravante de la desconfianza

Esta desconfianza ha sido alimentada por las intensas sesiones informativas y especulaciones previas al anuncio del presupuesto, lo cual no se olvidará pronto. Las ambiciones pro-crecimiento fueron presentadas hace un año con la intención de dar frutos en el largo plazo. Aunque se argumenta que las grandes decisiones como la reforma y el aumento en los gastos para infraestructuras ya fueron tomadas, aún persisten preocupaciones sobre la falta de ambición y urgencia en la acción gubernamental. Sin embargo, Rachel Reeves ha logrado calmar a los mercados de bonos lo suficiente para que el Banco de Inglaterra pueda recortar las tasas de interés un poco antes.


Además, se ha puesto fin a una disputa técnica sobre las tarifas comerciales que había consumido sectores como el minorista y hotelero durante los últimos 12 meses. Aunque la repercusión para estos sectores seguirá siendo negativa en cierta medida, no será tan severa como se anticipaba. En conclusión, aunque hay una reforma fiscal relativamente menor, su implementación ha sido criticada por algunos economistas y empresarios que consideran más necesario abordar el impuesto de timbre sobre las transacciones inmobiliarias. Aun así, la construcción de 1,5 millones de nuevas viviendas sigue siendo un objetivo importante.

Fuente (Medio independiente): Theguardian

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