
La policía local evitó un desastre mayor en Valencia
La riada que azotó Valencia el pasado mes de octubre dejó un rastro de destrucción y muerte. Según las autoridades, 229 personas perdieron la vida en el desastre, pero la cifra podría haber sido mucho mayor si no fuera por la rápida y valiente actuación de la policía local. En el municipio de Picaña, los agentes locales jugaron un papel fundamental en la evacuación de las víctimas y en la búsqueda de personas desaparecidas.
Juan Ángel, agente de la policía local de Valencia, fue uno de los que se encontraban en el epicentro del desastre. A pesar de estar fuera de servicio la noche del desastre, se puso su uniforme y se unió a sus compañeros para ayudar en la búsqueda y rescate de las víctimas. En una entrevista con Radio Nacional de España, Juan Ángel recordó aquellos momentos de terror y emoción.
La primera hora de la noche: un desastre en ciernes
La noche del desastre, los agentes de la policía local se enteraron de que varios municipios estaban siendo afectados por la riada. «Sabíamos que había algún municipio bastante afectado, aunque todavía no conocíamos la gravedad de la situación», recordó Juan Ángel. A medida que la situación se fue agravando, los agentes locales se pusieron en contacto con sus superiores para ofrecer su ayuda. «Unos de nuestros mandos nos preguntó cuántas personas podrían ser voluntarias, y así lo hicimos. Cuando nos dijeron que acudiéramos a la central de policía local, nos reubicaron en las pedanías que estaban siendo afectadas», explicó.
La lucha por llegar a las víctimas
La lucha por llegar a las víctimas fue una de las más difíciles que enfrentó la policía local. «No podíamos acceder a los municipios por las carreteras convencionales, secundarias, debido a que el agua estaba muy alta», recordó Juan Ángel. Sin embargo, gracias a la ayuda de bomberos y personal de emergencia, lograron establecer un sistema de comunicación y coordinación para evacuar a las víctimas.
Uno de los rescates más emotivos fue el de una mujer que se encontraba en una gasolinería sumergida en el agua. «La mujer estaba en shock, no hablaba, pero cuando le ofrecimos ayuda, se puso en pie y nos dio las gracias», recordó Juan Ángel. La mujer había estado atrapada en el agua durante cuatro horas y fue rescatada por los agentes de la policía local.
Un reconocimiento merecido
Recientemente, Juan Ángel y sus compañeros recibieron una medalla de mérito por su actuación en el desastre. «Es un reconocimiento que siempre se agradece», dijo Juan Ángel. Sin embargo, para él, el reconocimiento no es solo personal, sino que también es un homenaje a todos sus compañeros que se encontraban en el epicentro del desastre.
A pesar de la dureza de la situación, Juan Ángel se siente orgulloso de pertenecer al colectivo de la policía local. «Me siento cada día más orgulloso de pertenecer a este colectivo», dijo. Su respuesta es un testimonio de la valentía y dedicación de los agentes de la policía local que se encuentran en el frente de la seguridad y la protección de la comunidad.



